jueves, 31 de diciembre de 2009

Un año más…. de cambios.

"¿Amas la vida? No desperdicies el tiempo porque es la sustancia de que está hecha."
Benjamin Franklin
Y seguimos cambiando. Y ya van 3 ediciones de esta crónica resumen. Pero, ¿en que hemos cambiado?, pues en mucho y casi casi en nada. Veamos algunas cosas. Días atrás en la base, mirábamos el calendario de Roda i Pedal que editamos al final de cada año, en el que cada mes da comienzo con una foto mítica de la ruta mensual del mismo mes pero del año anterior, y pensábamos, algunos más que otros, que el año pasado habíamos realizado mejores rutas.
Mejores en el sentido de dejar una huella más profunda en el recuerdo. A veces ese recuerdo es más infausto que otras, rutas como La Cova Santa, siempre serán recordadas por su extrema dureza en aquellos días, ruta que nos marcó más el sufrimiento que el disfrute de la ruta propiamente dicha. Y es que a veces olvidamos que salir en bicicleta por la montaña no es solo salir a disfrutar del paisaje, de los olores y colores de la naturaleza. La bicicleta es pedaleo y eso es igual a esfuerzo, y la montaña es subir y eso es igual a padecer… pero también es bajar y eso en igual a gozar, arriesgar y sentir el golpe de la adrenalina golpeándonos la frente apunto de salirse del cogote en cada frenada.

A veces el camino no está como a nosotros más nos gustaría, pero ¿queremos asfalto o caminos de tierra, piedra o arena, barro o polvo? ¿o depende tal vez de cómo nos hayamos levantado o del humor que tengamos esa mañana? No. Aquí se viene a pedalear y eso es lo que hay; de ahí que intentemos estudiar y planificar lo mejor posible cada una de las rutas que nos trazamos. Ya es difícil de por sí encontrar un camino que conecte el punto A con el punto B intentando cumplir nuestra máxima: no tocar carretera siempre que sea posible. Pero también tenemos otras opciones; o vamos a la playa por “el riíto ese”, o seleccionamos otra ruta que cumpla con los máximos requisitos posibles. Pero si cogemos la primera opción, entonces se acabaron los paisajes nuevos, la conquista de nuevos vértices, coronar nuevas cumbres, descubrir nuevos e increíbles rincones que aguardan escondidos entre las montañas, nuestra llegada a lomos de nuestras infatigables amigas, ruidosas (jeje) pero infatigables.

Después de comparar las rutas del año pasado con las rutas del presente año, llegamos a la conclusión más o menos unánime de que estábamos empatados en rutas, que no en emociones, pues estas, a diferencia de los caminos, son acumulables. Los sentimientos del año pasado ya forman parte intrínseca de nosotros y suman y modifican nuestro sentir de hoy, haciéndolo más profundo y apreciando aún más, el vinculo que tenemos.

La Marjal dels Moros, L´Aixortá o el Pico Ñoño son algunas de las rutas recordadas a bote pronto en este 2009. Las bellas instantáneas de esos recorridos no llenan, sin embargo, todo lo que sentimos y recordamos de ellos. Hemos cambiado, por ejemplo, en que ahora consumimos más cerveza que antes, ser cuatro en vez de tres dándole al “pedal” es lo que tiene. Y, hemos cambiado en que ahora, cuando viene Carlos es toda una sorpresa. Ha pasado en pocos meses, de hacerse un hueco en el R.C. a estar varias semanas sin aparecer, el muy bandido. Si, estas palabras van justo para él, para que las recuerde de aquí unos años y nos las lea cuando los viejunos estemos sentados en el sofá, con una mantita por encima de las piernas, y venga a alegrarnos el día con su visita, y le pidamos con nostalgia, que nos recuerde cuando éramos jóvenes y recorríamos juntos esos caminos por las montañas.

A ver, en que más hemos cambiado; pues en algo que, al cambiar el estilo de las rutas, ya no es tan factible de mantener como antes. Cuando comenzamos este grupo nos lo tomábamos con calma. Las rutas fáciles hacían posible que pudiéramos ir al tran-tran charlando sobre la marcha pues, el ejercicio, ya iba implícito en el hecho mismo de salir en bici (por llamar de alguna manera a aquellos primeros hierros con ruedas que nos parecían eso si, verdaderas máquinas rodantes).

Ahora las rutas que planificamos nos exigen otra condición física, otro estado mental, y cuando no es así, somos nosotros los que queremos mantener un ritmo exigente, el ejercicio ya no es una obligación, es una necesidad. Necesitamos quemar las malas sensaciones acumuladas a lo largo de la semana. No es bastante con dejarlas atrás, no sea que las recojamos a la vuelta, aunque cada vez hacemos menos rutas lineales de ida y vuelta por el mismo camino. Parece que sin haberlo hablado, hayamos decidido que la ruta es para pedalear y los descansos para hablar y como no, gozar de cuando en cuando con los silencios. Eso no quita que hay días más tranquilos o momentos de triplicidad de tareas, pero cuando nos ponemos en faena…

Parece que este cambio, que al principio nos parecía perder un tanto nuestra identidad de grupo, con el tiempo, hemos ido comprendiendo que es lo mejor, o al menos que es una necesidad fisiológica del cuerpo. Se dice que el ejercicio genera necesidad de más ejercicio y nosotros lo estamos comprobando. Aplicamos un tiempo para cada actividad en la medida que lo necesitamos. De hecho, las rutas que antes nos parecían excesivamente largas ahora son una constante, sin ellas sentimos que algo se nos queda dentro y que no hemos liberado todo el peso que soportábamos. A veces, a falta de distancia le metemos desnivel, o las dos cosas, aunque luego nos quejemos de que somos unos cacho-pedazo de brutos.

También hemos necesitado poco tiempo para comprender o más bien para confirmar, que somos almas solitarias. Nuestro rodar por el río se está convirtiendo en los últimos tiempos en algo meramente testimonial. No dejamos de maravillarnos con el paisaje y con las sensaciones que despierta en nosotros ese idílico paisaje; tanto lo queríamos y ahora que por fin lo tenemos, en ocasiones casi lo odiamos. Lo que de verdad añoramos cuando lo transitamos, es la soledad y la tranquilidad de rodar a nuestro paso sin interferencias por parte de mil y un biker, todo ello sin contar con el firme polvoriento por el que tenemos que transitar cuando lo recorremos y que tanto nos molesta. Evidentemente un tipo de firme con más porcentaje de tierra, haría que volvieran a aparecer las cañas que yacen en el subsuelo; eso lo entendemos, aunque el polvo blanco no lo queramos ver ni en pintura. Esta es una de las razones por la que estamos volviendo en la medida de lo posible a los caminos de antes, dejando para determinadas ocasiones el camino del “riíto ese”, (como cariñosamente lo hemos bautizado), para utilizarlo únicamente como autopista de acceso rápido y directo.

Después de los más de 30.000 kilómetros recorridos por las actuales burricas en estos casi 3 años juntos, ya hace algún tiempo que se barrunta seriamente la posibilidad de un nuevo cambio a mejor. Los ruidos provocados por el desgaste y el deseo de mejora de algunos componentes, nos ha puesto tras los pasos de la siguiente máquina. Solo la situación económica de alguno de nosotros hace que este hecho se retrase, aunque, el resto del grupo este subiéndose por las paredes. Quizá el próximo año tengamos que adiestrar nuevas burricas para que nos sigan sacando por esos caminos de montaña que tanto nos gustan.
Nuestras expectativas para este año que en breve arranca son ante todo, poder seguir disfrutando de nuestra afición todos juntos, seguir realizando rutas inolvidables, rutas míticas para nosotros, y por supuesto, seguir contándolas aquí para que todos los que nos leéis, podáis disfrutarlas como lo hacemos nosotros, y sobre todo, para que queden en nuestra memoria colectiva-virtual y poder rememorarlas en un futuro, esperemos que todavía lejano. Decimos adiós al 2009 todos de una pieza, todo un éxito, puesto que ninguno de nosotros y por fortuna, ha mordido el polvo en los casi 4000 kilómetros recorridos durante este año en grupo; solo 5 pinchazos nos aguaron un poco la fiesta, cosa que resulta incluso sorprendente si nos paramos a recordar por donde nos hemos metido, y que por otra parte, igualmente resultaría bastante sencilla si repasaramos con detenimiento todas y cada una de las 2147 fotos con las que el ojo mágico de nuestra Nikon a quien cariñosamente bautizamos con el nombre de “nikoleta” , nos premió; o para los amantes del movimiento, no habría más que consultar alguno de los 120 minutos de bajadas “a saco” que nos hemos marcado y que fueron recolectadas cuidadosamente en vídeo, bajadas procedentes de algunas de las 52 salidas realizadas durante el año que concluye, todo esto sin contar las salidas “extra” y en solitario de cada uno de nosotros en períodos vacacionales, tardes de training, etc., etc., en fin…., millones de pedaladas cuyo resultado han sido nuevamente, miles de recuerdos y cientos de agradables vivencias compartidas que difícilmente podremos olvidar.

Hemos intercalado en este resumen del año las imágenes que amenizan nuestro regreso a la base desde el calendario, son algunas de las más entrañables tomas de las rutas realizadas en 2008, fotos que servían de portada cada mes. Llevamos todo el año trabajando duro para que el calendario de 2010, con las fotos del 2009 sea igual o mejor que el anterior, pero eso lo juzgaremos el próximo año.
Feliz Año “RodaiPedalero” Nuevo os deseamos a todos los bikers, y por supuesto, a los no bikers también.


Carlos, Kike, Luis y Salva.